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El Real Madrid levantó la 'Décima' gracias a un cabezazo salvador de Sergio Ramos. El Atlético lo tuvo muy cerca, pero acabó pagando muy caro el error de Diego Costa.

?Fútbol es fútbol?. Una frase acuñada por el mítico Vujadin Boskov y que sirve para resumir a la perfección lo que ocurrió el pasado sábado en la final de la Champions League en Lisboa. Fue una final fea, de las más ásperas de los últimos años. Los dos equipos llegaron con muchos minutos en las piernas y con sus principales jugadores mermados o fuera del campo, como el caso de Xabi Alonso y Arda Turan. El Real Madrid volvió a echar en falta al tolosarra, un problema que se repite cada vez que no está. No encontró la solución Carlo Ancelotti en Khedira, un futbolista que apenas había jugado dos ratos en Liga tras su lesión de rodilla. Muy poco para enfrentarse a un medio del campo como el del Atlético de Madrid. El italiano supo rectificar a tiempo y apostó por Isco y Marcelo, quienes devolvieron al Madrid el balón y aclararon las ideas en ataque.

Mala gestión de la lesión de Diego Costa

En el lado rojiblanco también hubo errores por parte de Diego Pablo Simeone. Su temporada ha sido impecable, llevando al equipo hasta cotas que nadie se podía imaginar, pero el argentino, a buen seguro, hará una profunda reflexión sobre el final de temporada del equipo, donde los rojiblancos han sido incapaces de ganar los últimos cuatro partidos: Levante, Málaga, Barcelona y Real Madrid. Es cierto que los empates le valieron para ganar la Liga, pero el final de la temporada no ha sido bueno. Los jugadores han llegado exhaustos cuando más frescos tenían que estar. Tampoco se ha gestionado bien la lesión de Diego Costa. Su último partido sano fue ante el Levante. Desde entonces, el hispano-brasileño ha salido y entrado, estando sólo los 19 minutos del Camp Nou y los 8 de Lisboa. Simeone admitió su error apostando por él de inició ante el Real Madrid. Una apuesta arriesgada que pagó muy caro el equipo, regalando un cambio que hubiera sido vital en los últimos minutos. Mario Suárez o Diego Ribas habrían dado aire y hubieran podido sacar al equipo de la ?cueva?, donde el Atlético intentó sobrevivir en la última media hora.

Lecturas a posteriori

Pero todo esto no sería lo mismo si Sergio Ramos no hubiera cazado ese cabezazo. En el fútbol, las lecturas siempre se han hacen a posteriori, en función de los resultados. No hay más. Ha sido y será siempre así. No obstante, la temporada del ?Cholo? y el Atlético ha sido brillante, exprimiendo al máximo todas sus virtudes para llegar a tocar con las dos manos la Copa de Europa. Y el gran culpable de que lo no lo hiciera fue Sergio Ramos, un futbolista que salvó a Iker Casillas y al Real Madrid. ¿De qué se hablaría hoy en la ?casa blanca? si el Madrid hubiera perdido? De paso, Ramos también evitó la salida de Carlo Ancelotti, un técnico con vida extra tras conquistar la Copa de Europa y la Copa del Rey en su primera temporada. Un balance excelente a pesar de que el juego sigue sin ser el esperado. Ésta, sin duda, será la asignatura pendiente del Real Madrid la próxima temporada.

Ramos, el mejor del mundo

Sergio Ramos acaparó todos los elogios desde sus primeros días. Niño prodigio en el defensa, llegó al Real Madrid con apenas dieciocho años, pero con el poso de todo un veterano. Le forjó Joaquín Caparrós, un técnico que llegó a pensar en él ?como 9?. Y en Lisboa lo fue, pero también jugó de 4, de 6 y hasta de 7, colocando centros a la cabeza de Cristiano Ronaldo. Por momentos, Sergio Ramos da la sensación de que va ?sobrado?, imparable, sin límites para recorrerse todo el campo. Así ocurrió sobre el césped del Estadio Da Luz. El sevillano, con la ayuda de Di María, se cargó el equipo sobre sus hombros, defendiendo a Villa y rematando a la desesperada en la misma jugada. Tras comenzar algo despistado la temporada, su ?sprint? final ha sido apoteósico, llegándole a situar en lo más alto: el mejor jugador del mundo. ¿O es que hay alguien que haga más y mejor que Ramos en la actualidad?

El esfuerzo de Ramos también fue clave para que el Atlético se fuera encerrando atrás. Ni Villa ni Adrián pudieron con él. Tal vez sí lo habría conseguido un Diego Costa en plenitud. Pero las bajas marcaron la final. También el lado blanco, donde Cristiano Ronaldo jugó a medio gas y Benzema, directamente, no estuvo.

La carrera de Di María y Bale, héroe inesperado

Fue injusto el resultado final; demasiado castigo para un equipo que se desfondó durante los noventa y cinco minutos. La prórroga se le hizo demasiada larga al Atlético. Todo lo contrario que a Sergio Ramos y Di María. Los dos volaron en el tiempo extra, especialmente el argentino, origen del 2-1. Recorrió la banda con su particular estilo, forjado en los campos de tierra de Rosario, donde Di María aprendió a driblar defensas mirando al suelo, sólo viendo una meta: la portería contrario. Bale acabó siendo el principal beneficiado de su jugada. La temporada global del galés no ha sido buena, demasiado intermitente por las lesiones. Pero ha marcado los dos goles claves de la temporada, y eso no admite discusión. La sensación es que con una pretemporada en condiciones y más calma en la definición, el ?Expreso de Cardiff? puede ser imparable la temporada que viene.

También hubo jugadores destacados por el lado rojiblanco. No se entiende muy bien que Gabi no vaya al Mundial. El rojiblanco fue el gran capitán del Atlético, puro corazón e inteligente leyendo el partido. Su fútbol, simple, pero práctico, no llega los ojos de los aficionados, pero es clave para el esquema táctico del Atlético. Miranda y Godín también finalizan una temporada espectacular. No importa que en el último partido de la temporada encajaran cuatro goles. Los dos han sostenido al Atlético durante toda la temporada, siendo decisivos en las jugadas a balón parado. Pero como dijo el ?Cholo? en la rueda de prensa posterior al partido: ?Tenés todo y no tendés nada?. Y el fútbol, simplemente, es fútbol. No hay más explicaciones posibles.

Texto: Héctor García.

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