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Hector García Salido Editorial de la Edición  81
Por Hector García Salido
Redactor Jefe de MínimoSport.


No es Oro todo lo que reluce.

Resulta curioso el magnetismo que provoca el Balón de Oro sobre los jugadores. Nadie le da importancia, pero todos lo quieren. Incluso es capaz de hacer que un tipo como Cristiano Ronaldo, que lo tiene todo, llore como un niño ante la atenta mirada del mundo. Sin embargo, yo me quedó con un gesto que ocurrió segundos antes, cuando Pelé (por fin tiene el Balón de Oro) anunció el nombre del portugués. Su cara lo decía todo: se sentía liberado. Fue como pronunciar al mundo un ‘por fin’. Leo Messi se había convertido en su gran obsesión. Un futbolista que, de algún modo, le amargaba la existencia. El enfrentamiento entre ambos comenzó cuando Ronaldo estaba en el Manchester United. Messi le arrebató una Champions League y el Balón de Oro de 2009. Desde entonces, el argentino siempre le había ganado casi todos los duelos individuales, también los premios: Leo ganó el Balón de Oro desde 2009 hasta 2012. Cuatro años en los que Ronaldo ha vivido bajo la sombra de Messi. Cuatro años en los que el portugués siempre se ha esforzado para mejorar, en busca de alcanzar los premios colectivos e individuales.

La resaca del pomposo Balón de Oro, cada vez más cercano a la entrega de los Premios Óscar y más lejos del fútbol, nos deja un gran derrotado. No es Messi, quien apenas pudo jugar la pasada temporada tres meses buenos: desde enero a marzo. El gran perdedor del Balón de Oro es Ribéry, quien entendió a la perfección que el fútbol ya no es sólo lo que consigas, sino también la capacidad que tengas para proyectar tu imagen al mundo. El francés, por títulos y ayuda al colectivo, es el mejor jugador del 2013, pero su influencia fuera de los terrenos de juego es nula comparada con Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Ante esto se abre un debate: ¿qué premia el Balón de Oro? Un año es la trayectoria, otro es el jugador que más títulos haya conseguido (caso de Cannavaro u Owen) y en otros no se sabe muy bien qué, como ocurrió en 2010, en el que Iniesta o Xavi deberían haber ganado el Balón de Oro.

Visto lo visto, yo hago mi particular resumen: el mejor jugador del 2013 es Ribéry; el mejor del momento es Cristiano y el mejor del mundo (tal vez de la historia) es Leo Messi. ¿Están de acuerdo? Seguramente no… Por otro lado, la gala del Balón de Oro también dejó algunas sombras. Me faltó un futbolista como Robben, autor del decisivo gol del Bayern de Múnich en la final de la Champions League. Pero lo que más dudas me deja es el ‘Mejor Once’ del año. Da la sensación de que siempre tienen que ser los mismos. Xavi e Iniesta, posiblemente, han completado su último año más flojo. Mientras, en el lateral derecho aparece Dani Alves y en el izquierdo Lahm. ¿Y Alaba? Así que también me lanzo a hacer mi propio once: Víctor Valdés (Barcelona); Lahm (Bayern de Múnic), Miranda (Atlético de Madrid), Boateng (Bayern de Múnich), Alaba (Bayern de Múnich); Yaya Touré (Manchester City), Toni Kross (Bayern de Múnich), Sergio Busquets (Barcelona); Cristiano (Real Madrid), Robben (Bayern de Múnich) y Ribéry (Bayern de Múnich). Sí, por supuesto que debería estar Messi, pero es el mejor once del 2013 y no el mejor once posible. Y el argentino, como Gundogan o Schweinsteiger, apenas han participado en la segunda parte del año.



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Portada Nº 81