Leyendas del Fútbol

RUUD GULLIT:"El tulipán negro"

Un portento físico, un futbolista de calidad y con gol, y sobre todo, un activista anti Apartheid e involucrado en causas sociales. El "tulipán negro" fue el capitán de una Holanda que recuperó su hegemonía en Europa gracias a una camada de jugadores comparable a la "Naranja Mecánica" de los 70. Polivalente y con un carácter ganador, su aspecto físico aliñado con sus bigote y sus "rastas", marcó una era de fútbol espectáculo tanto en el Milan como en su selección nacional.

  11/01/2016

Tradicionalmente, el fútbol holandés ha aportado mucho al fútbol en cuanto a innovaciones tácticas y administración deportiva siendo un semillero de excelentes futbolistas, muchos de ellos poseedores de una alta calidad técnica y atlética. Uno de estos futbolistas nacidos y crecidos en los Paises Bajos fue Ruud Gullit, figura en una Holanda de ensueño entre 1986 y 1994. Gullit poseía una gran técnica individual y un gran recorrido abarcando todo el campo a pesar de que su posición fuera la de centrocampista ofensivo. Salía con el balón dominado desde la defensa o en desmarques de apoyo a sus compañeros donde fuera necesario. Su velocidad mental era impresionante y su capacidad física envidiable. Por tal motivo fue un “todocampista”, un futbolista total. Fue el capitán ejemplar en casi todos los equipos donde jugó, ya que su liderazgo era ejercido con un compromiso total. Su amplia gama de recursos le posibilitaban ser el armador de su equipo a la vez que anotaba goles de cabeza o con ambas piernas. Fue un precursor del llamado "falso delantero", siendo la figura que mejor encarna lo que puede llegar a ser un delantero sin llegar a serlo. Enorme en la carrera gracias a la potencia de sus piernas y no exento de calidad en sus botas, la selección holandesa y el AC Milan, entre otros muchos equipos disfrutaron de un auténtico crack. Ruud Gullit fue uno de los grandes artífices de aquella gran Holanda de los años 80 junto a otros jugadores de talla mundial como Marco van Basten, Frank Rijkaard, Ronald Koeman, Vanenburg, Wouters, etc. El fútbol practicado por esa selección fue suficiente para cambiar radicamente el concepto que se tenía del fútbol. Ya no sólo importaba el resultado, sino que se buscaba un estilo de juego combinativo que comenzó a desarrollarse y a atraer al espectador. Tácticamente la posición de los jugadores dejó de ser rígida, con plena libertad de movimientos, y primando la posesión del esférico. La Holanda de los ochenta con Gullit a la cabeza fue un conglomerado de jugadores muy fuertes físicamente, con una gran calidad técnica y una enorme polivalencia sobre el campo. Ruud Gullit es uno de esos mitos fácilmente reconocible por su cabellera llena de rastas y su facilidad para el gol, por su brutal cambio de ritmo, por su potencia, por su dribbling en velocidad, por su excelente remate de cabeza, por su rapidez de pensamiento y ejecución, y por una habilidad técnica impropia de una futbolista de más de 190 centímetros.

HOLANDA

Gullit comenzó en su Holanda natal en sus calles como cualquier niño, federándose en el Rozendwarstraat, un pequeña club local. Tras pasar por el DWS, otro club de barrio, ficha por el desaparecido HFC Haarlem su primer contrato profesional a los 16 años, siendo el debutante, en ese momento, más joven de la historia en la Eredivise. Aquí jugó 91 partidos marcando 32 goles y consiguiendo un hito único para ese club en la temporada 1981-82, cuando fue pieza clave jugando como extremo en la clasificación del Haarlem para la Copa de la UEFA. Su excelente rendimiento no pasó desapercibido, y el Feyernood se hizo con el prometedor futbolista al finalizar esa misma temporada. En su  paso por este club, al que tan sólo perteneció tres temporadas, Gullit disputó 85 partidos consiguiendo 31 goles..., eso sí, jugando ya en posiciones del mediocampo. Fue partícipe y consiguió su primera Eredivise, además de una copa holandesa en la temporada 1983-1984, llegando a compartir vestuario con el mismísimo Johan Cruyff, del que se dice que aprendió absorviendo su liderazgo y carisma. "Fue una temporada excelente, fue mi primer título y el último de Johan. Rozaba casi los 40 años y seguía jugando como un maestro. Tener la oportunidad de estar al lado de mi ídolo fue genial", recordó Ruud más tarde.  Ya en 1985, un gigante del fútbol holandés se fija en él. Firma por el PSV Eindhoven tras pagar una suma desorbitada para aquellos tiempos (más de un millón de florines) a su anterior club. Con el PSV jugó 68 partidos marcando 46 goles, recibiendo en 1986 el galardón como Futbolista del Año en los Paises Bajos y consiguiendo alzarse con el título liguero. Su leyenda estaba comenzando, y ya más liberado en tareas atacantes por detrás de los puntas, cada vez más ofensivo, pisando mucho el área contraria gracias a la clarividencia de Guus Hiddink, estuvo enrrolado en el club de la ciudad de la Phillips durante dos temporadas en las que sumó una Eredivise más en 1987. En el PSV ya comenzó a destacar su look de rastas y su prominente bigote.

ITALIA

Ya en 1987, la enorme evolución y la calidad de Gullit despertó el interés del todopoderoso AC Milan cuando el propio Berlusconi viajó hasta los Paises Bajos para pagar un traspaso récord para la época, 18 millones de florines. En el club rossonero coincidió con otros jugadores holandeses de la talla de Marco van Basten o Frank Rijkaard y bajo las órdenes de Arrigo Sacchi, que comandó a un exitoso Milan. En el club lombardo participó al lado de elementos como Ancelotti, Baresi, Tassotti, Donadoni, Maldini y los también holandeses Van Basten y Rijkaard, conformando una generación de ensueño que coleccionó muchos títulos entre 1988 y 1993, periodo en que fue considerado el mejor equipo del mundo. En el Calcio gullit obtuvo su consagración como figura mundial de este deporte hasta el punto de ser el ganador del Balón de Oro de 1987 imponiéndose a Futre y Butrageño, y donde mostró su cara más comprometida dedicando el premio a un Nelson Mandela encarcelado por el Apartheid. “Yo estoy disfrutando de este premio mientras Nelson Mandela sigue en prisión. Su causa es la mía. Es negro como yo” , afirmó Gullit en rueda de prensa. En la siguiente temporada, el Milan de Gullit conquistó el Scudetto, siendo la temporada previa a levantar la Copa de Europa en 1989 tras endosarle un contundente 4-0 al Steaua de Bucarest, con dos tantos del "tulipán negro". El Milan se transformó en una máquina de hacer fútbol, ganando la Copa de Europa de 1990 y la Copa Intercontinental de ambos años, además de una Supercopa de Europa. Así continuó hasta lograr una docena de títulos en seis temporadas. Mención especial merecen las dos Copas de Europa conquistadas en 1989-90 y en 1990-91. Ese fue el cenit de su carrera. A partir de la temporada siguiente comenzó la cuesta abajo, después de su primera grave lesión de rodilla. Tras varias recaídas y con la articulación maltrecha, Silvio Berlusconi decidió prescindir de Gullit, cediéndolo a la Sampdoria en 1993. En Génova estuvo una temporada antes de volver al MIlan y volver a retornar a la Samp. En este trasiego de clubes, aún tuvo tiempo el "diavolo razta" para conseguir alzar una Copa de Italia, en una final disputada ante su exequipo, el Milan, anotando el gol de la victoria. Tras este título, es cuando retorna a Milan, para jugar apenas ocho encuentros y conseguir sus últimos cinco goles de rossonero. En su vuelta a la Sampdoria de Erikson junto a Pagliuca, Vierchowod, Lombardo, Platt y Mancini, disputó sus últimos 22 encuentros en la Serie a firmando 9 tantos.

CHELSEA... Y A  ENTRENAR

Al crack holandés aún le dió tiempo a vivir una última aventura en Londres, según él mismo, "los años más felices de mi vida", y acometer nuevos retos deportivos en el zenit de su carrera en activo. Dos temporadas jugó en Stamford Bridge, desde 1996 a 1998, ya sin el bigote y las rastas que le caracterizaron. En Londres volvió a retrasar su posición al centro del campo, incluso llegó a jugar como "libre". En su primera temporada fue titular indicutible a los órdenes de Glenn Hoddle, mientras que en la segunda actuó como jugador-entrenador para alcanzar la final de la FA Cup y conseguir el título ante el Middlesbrough, el primer trofeo importante para el club en 26 años, y para ser nombrado como el segundo mejor futbolista del año en la Premier, por detrás de Cantoná convirtiéndose en el primer entrenador no inglés en ganar esta competición. Posteriormente dirigió al Newcastle, el Feyernood, a los Angeles Galaxy y al Terek Grozny ruso, sin alcanzar demasiado éxito como técnico. 

 

SELECCION NACIONAL HOLANDESA

Con la "orange", Gullit, disputó un total de 66 partidos firmando 17 goles. Comenzó su andadura internacional junto a los veteranos Rensenbrink, Rep, Neeskens o Krol. Inmediatamente, Gullit, Van Basten, Rijkaard y compañía tomaron el testigo a finales de la década participando en la Eurocopa de 1988 y en el Mundial de 1990. Con un conjunto de ensueño, la Holanda de Gullit conquistó la Eurocopa de 1988 disputada en Alemania y venciendo en la final a la antigüa URSS con goles del propio Gullit y el mítico Marco Van Basten en el Olympiastadion. Más tarde, y debido a sus comentadas lesiones, Ruud disputó el Mundial de Italia 1990 mermado físicamente y sin un papel estelar. Cayeron en octavos ante la que sería la campeona a la postre, Alemania Federal.

Así fue Ruud Gullit, uno de los mejores futbolistas de la historia que marcó 236 goles en los 618 partidos que disputó, un rebelde sin causa con  sus "rastas" como reivindicación, y un futbolista involucrado en campañas políticas y de beneficiencia. En los últimos años ha sido presentador de diferentes sorteos de la Champions League, fue presidente de la candidatura de Holanda y Bélgica para la organizar la Copa del Mundo de 2018, y ahora es comentarista de la cadena Sky Sports. 

 

 

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