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MARADONA, la zurda de Dios.

13/06/2014
El '10' está dentro del Olimpo del fútbol. El argentino dejó momentos para el recuerdo, especialmente en los mundiales, donde brilló en México 1986 e Italia 1990. Repasamos la carrera de la mejor zurda en la historia del fútbol mundial.

FICHA:

  • Diego Armando Maradona (Lanús, Argentina, 30 de octubre de 1960)

EQUIPOS:

  • Argentinos Juniors (Argentina), Boca Juniors (Argentina), Barcelona (España), Nápoles (Italia), Sevilla (España), Newell's (Argetina), Boca Juniors (Argentina)

PALMARÉS:

  • Metropolitano (1981)
  • Copa del Rey de España y Copa de la Liga (1983)
  • Supercopa de España (1984)
  • Mundial con Argentina (1986)
  • Serie A (1987)
  • Copa de la UEFA (1989)
  • Serie A y Supercopa de Italia (1990)

Diego Armando Maradona aterrizó el pasado miércoles en Brasil para seguir el campeonato del mundo de cerca. El ?10? vigilará a su Argentina desde los micrófonos, a los que el astro argentino por fin se ha terminado acostumbrado después de vivir una tortuosa relación con ellos. Hace cuatro años, Maradona vivió la Copa del Mundo sentando en el banquillo de la albiceleste. Todo un país confió en él por su pasado. Y la historia funcionó bien hasta los cuartos de final, donde se cruzó una pletórica Alemania. Maradona no pudo seguir tras el 4-0 de la selección europea. Argentina era la última oportunidad para relanzar una frustrada carrera de entrenador, a millones de kilómetros de su etapa como jugador. Por eso el repaso de su leyenda en esta sección estará enfocado sólo a su carrera con el ?10? en la espalda. A sus éxitos y fracasos.

"Ese chico cabezón"

La figura de Diego Armando Maradona no escribe sólo cuando se habla él. Son muchos los que tienen historias que contar sobre su persona. Uno de ellos es Josep María Minguella. El poderoso agente de jugadores catalán trató muy de cerca con Maradona cuando éste apenas era una figura que sobresalía en Argentinos Juniors. Ambos se encontraron por casualidad. Minguella, en una historia que contó para Fútbol-Táctico, iba a ver a otro jugador. Un defensa para el Burgos. En uno de esos partidos, apareció ?ese chico cabezón de 16 años. Destacaba por su pelo lleno de rizos y por tener una zurda increíble. No había visto nada igual?. Pero antes de esa historia hay un comienzo.

Los Cebollitas y Villa Florito

Diego Armando Maradona fue el quinto hijo del matrimonio entre Diego Maradona y Dalma Franco. El ?10? se crió en una familia sin recursos, en Villa Florito, al sur de Buenos Aire. Allí moldeó su estilo ?potrero?, el que le ha acompañado en las finales de la Copa del Mundo o en los grandes campos de Europa. Maradona cambió muchas cosas durante su vida, tocando en muchas ocasiones fondo, pero nunca abandonó sus raíces futbolísticas, forjadas en Las Siete Canchitas. Fanático de Independiente y Ricardo Bochini, Maradona contactó por primera vez con el fútbol en 1969, cuando pasó una prueba para las categorías inferiores de Argentinos Juniors. Su primer gran equipo fue Los Cebollitas, cargado de talento puro que conquistó todos los campeonatos regionales. Con tan sólo diez años, Maradona apareció por primera vez en el diario El Clarín. Se hablaba de un pibe de gran calidad, conocido como ?Caradona?. Ya nadie le olvidaría. Tampoco los aficionados de Argentinos Juniors. Muchos de ellos deseaban que llegara el descanso para ver a ese pequeño virguero de la pelota hacer controles y dar toques con su pequeña pierna zurda. La carrera de Maradona se disparó.

Debutó con 15 años en Primera

Jugó en las categorías inferiores de Argentinos Juniors aún sin llegar a los doce años, lo que obligó al club a mentir sobre su edad. Maradona se saltó todos los pasos, cualquier planteamiento para una joven promesa. Con apenas 15 años debutó en la primera argentina. Su primera acción fue un caño a un defensor rival. Los aficionados de Argentinos Juniors, que años antes vibraran con sus toques en los descansos, se volvieron locos con aquella acción. ?Toqué el cielo con las manos?, recordaría después Maradona. La trascendía del ?10? en Argentina comenzaba a ser inmensa. Tanto que se discutió su no convocatoria para el Mundial de 1978, cuando tan sólo era un chico que rozaba los 18 años. Maradona pudo sacarse la espinita un año después en el Mundial Juvenil, donde la albiceleste arrasó liderada por su zurda. Su figura también creció en Argetinos Juniors, siendo máximo goleador en los Torneos Metropolitano 1978, Metropolitano y Nacional 1979, Metropolitano y Nacional 1980. Un récord que nadie ha conseguido igualar. Y en este punto volvemos a la historia de Josep María Minguella. Como decíamos, el agente catalán fue a por un defensa y se encontró con oro puro. Sin embargo, su salida del país fue imposible. ?Eran los tiempos de Videla y me dijeron que el jugador no se iba de Argentina, aunque ya teníamos un acuerdo con él. ?Le necesitamos para el Mundial de ustedes?, recuerda Minguella. Maradona no pudo ir al Barcelona, pero sí a Boca Juniors, un club muy lejos del dinero que le ofrecía River Plate, pero el ?10? quería jugar allí. Su aventura en La Bombonera comenzó con problemas con el técnico y con la grada. El equipo, muy mermado en lo económico, se sobrepuso ganando el campeonato el Metropolitano de 1981, precisamente el único título de Maradona en suelo argentino.

España 82'

Al contrario de lo ocurrido cuatro años antes, Maradona sí fue al Mundial de España. Era la máxima figura de una selección que defendía su corona. La albiceleste estuvo preparando la cita durante cuatro meses. Entre medias, Maradona selló su nuevo contrato con el Barcelona. ?Firmó la semana antes de que Argentina se trasladara a Alicante?, recuerda Minguella. Sin embargo, el Mundial de España no fue el mejor para Argentina ni para el ?10?. Tras pasar la primera fase, la albiceleste quedó encuadra en junto a Italia y Brasil. Ambos fueron muy superiores a Argentina. Derrotado, Maradona acabó siendo expulsado en el último partido tras dar una patada a Batista. Tras el golpetazo en el Mundial, Maradona aterrizó en el Barcelona, después de que el club azulgrana pagara 1.2000 millones por su traspaso, que se lo repartieron entre Argentinos Juniors (66%) y Boca. Repasando sus dos años en el Barcelona, Maradona dejó luces y sombras. Jugó 58 partidos, en los que anotó 38 goles, algunos de enorme belleza, como ante el Real Madrid en la Copa de la Liga. El ?pelusa? superó al meta Agustín con enorme facilidad y espero la llegada de Juan José pegado a la cabeza para sortear al defensa. Finalmente acompañó al balón a la red. Todo con la zurda y amagues de cadera.

A los goles le acompañaron expulsiones y una grave lesión. Ocurrió el 24 de septiembre de 1983. Goicotxea cazó al argentino. La entrada fue escalofriante, al igual que las consecuencias: fractura del maléolo externo y del ligamento. En un principio, los tiempos de recuperación hablaban de seis meses, pero Maradona reapareció en la mitad, justo antes de un Athletic-Barcelona en la final de la Copa de Rey. En un partido muy bronco, los vascos acabaron llevándose la final, lo que levantó la ira de Maradona, quien agredió Miguel Ángel Sola, jugador del Athletic. Un suceso que despertó un tornado sobre el césped del Santiago Bernabéu: los jugadores de ambos equipos se enfrentaron a patadas y puñetazos como si se tratara de un ring. La imagen fue esperpéntica en ambos equipos. Pero la que más dañada salió fue la de Maradona, a la que la Federación Española de Fútbol castigó con tres meses de sanción. Una decisión que fue el principio del fin de Maradona en el Barcelona. En un verano muy caliente, Josep Lluís Núñez, entonces presidente del club azulgrana, acabó aceptando la oferta del Nápoles. En un principio se habló de que Maradona se iba por el hartazgo con las decisión arbitrales, los cuales le tenían en el punto de mira, según él. Años después, en su autobiografía 'Yo soy el Diego', el argentino confesó que se marchó de Barcelona por motivos económicos, ya que su entonces representante Jorge Czysterpiller había hecho una mala gestión de sus inversiones económicas. Su estancia en Barcelona también fue turbulenta a nivel personal. Como explica en su autobiografía, aquí fue donde tuvo el primero contacto con las drogas.

Rey en San Paolo

El ?Pelusa? siempre ha sido un futbolista de corazón caliente. Nada que ver con la suavidad de su zurda. Así que no podía haber mejor lugar para él que Nápoles. El estadio San Paolo se llenó en su presentación un caluroso 5 de julio de 1984 para ver al ?10? enfudándose la camiseta azul. Su estancia en Italia fue pletórica. Maradona cambió todos los conceptos del calcio, incapaz de frenar la magia del ?10?. No había defensa que pudiera con su zurda. Al mismo tiempo, los dirigentes construyeron alrededor de Maradona un equipo, con jugadores como Ferrara, Careca, Alemano. De repente, el Nápoles, un equipo humilde del sur de Italia, plantó cara a los gigantes del Norte, a los que arrebató la Liga y la Copa de Italia de 1986-1987. Maradona se había convertido en un ?Dios? en Nápoles. Se levantaron altares con su imagen en las esquina de la ciudad, altares que aún hoy perduran en la ciudad italiana, marcada a fuego por la leyenda del ?pelusa?. Pero el Nápoles no se quedó ahí. En la temporada 88-89 conquistó la Copa de la UEFA, derrotando al Sttutgart en la final, y un año después volvió a repetir triunfo en el Scudetto. Pero el 17 de marzo de 1991 cambió su vida. Maradona fue reclamado para pasar el contro antidoping tras un partido ante el Bari. La noticia explotó: el argentino había dado positivo por cocaína. La Federación italiana le impuso una sanción de quince meses. Una decisión que fue ratificada por el Comité de Apelación. Ya nada volvería a ser igual en la carrera de Maradona, que había iniciado su caída a los infiernos. El ?Pelusa? volvió a su barrio en Buenos Aires tras la sanción. El regreso a casa fue lo peor que pudo hacer. Días después, fue detenido por la Policía por tener droga en su poder. Tras pagar una fianza de 20.000 pesos, Maradona pudo salir a la calle. Cumplida la sanción de quince meses, el argentino quería volver al fútbol europeo, a un equipo donde poder volver a empezar de cero. Olympique de Marsella y Sevilla pelearon por su fichaje. Finalmente fueron los sevillanos, aunque Maradona apenas estuvo un año en el Sánchez Pizjuán, con muchas sombras. Su etapa de clubes ya nunca más remontaría. Regresó a Argentina, a Newell?s, y se retiró en 1997 en Boca Juniors. Fue la despedida a un mito, a un futbolista con una zurda de seda. Tras su adiós como futbolista comenzó la carrera del otro Maradona. Años en los que ha luchado contra su adicción a las drogas y ha probado los banquillos.

El mejor Maradona

Pero la leyenda de Maradona no se puede contar sin hacer un aparte en los Mundiales. El de 1982, como hemos contado antes, acabó con una tarjeta roja tras la eliminación en la segunda fase. Una historia bien diferente a la de México 1986. Maradona acudió como líder de Argentina. Los compañeros tenían claro que todo debía pasar por él si la albiceleste quería tener éxito. El debut fue ante Corea del Sur, a la que derrotó por 3-1. Con dos tantos de Valdano y uno de Ruggeri. El gol de Maradona tuvo que esperar hasta el segundo partido, en el que Argentina empató ante Italia. La albiceleste acabó sellando su pase a los octavos de final tras ganar 2-0 a Bulgaria. Hasta ese momento se había visto a un buen Maradona, pero no tan sublime como el que apareció a partir de octavos. No obstante, la albiceleste tuvo que superar ante al muro uruguayo. El gol de Pascualli en el minuto 42 de partido bastó para pasar a cuartos. Ahí apareció el mejor Maradona, ante Inglaterra, con la Guerra de las Malvinas de fondo. El partido era algo más que un partido de un Mundial. Maradona lo hizo todo ante Inglaterra, marcando dos goles históricos. El primero, la ?Mano de Dios?. La carrera de Maradona tiene muchos grandes momentos, pero se podría resumir en una jugada: la del segundo tanto ante Inglaterra. La conocen de sobra. También la narración de Víctor Hugo Morales: ?La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga... ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... Gooooool... Gooooool... ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme... Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina 2 - Inglaterra 0. Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona... Gracias Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2 - Inglaterra 0?.

Su actuación ante Inglaterra ha tapado el gran partido que hizo Maradona ante Bélgica en las semifinales. El ?10? volvió a estar por encima de todos, marcando los dos tantos que llevaron a la albiceleste a la final. Allí esperaba Alemania, un equipo que llegaba con varios de sus jugadores dando sus últimos paseos en la selección. El encuentro fue de ida y vuelta, resueltó por 3-2 a favor de Argentina. Burruchaga, en el minito 83, hizo el tanto definitivo. Un encuentro que no tuvo ningún gol de Maradona (Brown y Valdano marcaron los otros dos). Pero no importó. Maradona fue elegido el mejor jugador del campeonato, firmando una actuación a la altura de muy pocos jugadores. Argentina tenía a su ?Dios?.

Italia 1990

Maradona esperaba con ganas el Mundial en Italia, su segunda casa. Nápoles incluso se dividía entre la selección ?azzurra? o su ?Dios?. El destino quiso ser caprichoso con ambos, cruzando a Argentina e Italia en San Paolo en las semifinales. La familia de Maradona, a pesar de lo que estaba en juego, fue recibida entre aplausos por la afición de San Paolo. El encuentro acabó con empate a uno tras los goles de Schillachi y Caniggia. En los penaltis apareció la figura de Goycochea. El muro argentino desde los once metros dio el pase a la final a Argentina. Un 8 de julio de 1990 llegó otro de los momentos más recordados de Maradona, que llamó ?hijos de puta? a todo un país. Enfrente estaba Alemania, pero el himno argentino fue silbado en el Olímpico de Roma. Maradona descubrió entonces que sí era querido en Nápoles, su segunda patria, pero no en el resto del país, que no perdonaba la eliminación de la ?Azzurra? en semifinales a manos de la albiceleste. La final entre Alemania y Argentina no tuvo nada que ver con la de cuatro años antes. Bremen marcó el único tanto tras un penalti muy discutido. Argentina y Maradona se quedaban sin estrella. El ?Pelusa? no pudo reprimir las lágrimas sobre el césped. Había perdido una final y el respeto de un país entero. Pero no del fútbol mundial.

Texto: Héctor García

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