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GEORGE BEST, el 'Quinto Beatle'.

23/05/2014
George Best es una de las grandes leyendas del Manchester United y del fútbol mundial. Un jugador que no dejó indiferente a nadie. Balón de Oro en 1968, llevó al United a conquistar su primera Copa de Europa junto a Bobby Charlton. Repasamos la carrera del 'Quinto Beatle'.

FICHA:

  • George Best (Belfast, 22 de mayo de 1946- Londres, 25 de noviembre de 2005)

EQUIPOS

  • Manchester United (Inglaterra), Cork Celtic (Irlanda), Los Angeles Aztecs (EEUU), Fulham (Inglaterra), Fort Lauderdale Strikers (EEUU), Hibernian (Escocia), San Jose Earthquakes (EEUU), Motherwell (Escocia), Golden Bay (EEUU), AFC Bournemouth (Escocia), Tobemore United (Irlanda del Norte)

37 partidos internacionales

PALMARÉS:

  • Campeón de la First Division en la temporada 1964-1965 y 1966-1967
  • Campeón de Europa en 1968

Hay futbolistas que nacen predestinados para entrar en los libros de historia. El talento les acompaña desde la cuna. Casi sin levantar un palmo del suelo son capaces de regatear hasta a su sombra. George Best fue uno de ellos, talento puro forjado en el barro de los campos de tierra de Belfast y en el patio de su colegio, donde regateaba cada rival que salía a su encuentro con una suave finta, siempre con el balón pegado a sus pies. Un magnetisto propio de un futbolista mágico. Con un apellido que le marcó para siempre. Y es que imposible quedarse a medias cuando a uno le acompaña el Best (?el mejor?) al lado de su nombre.

El mito del United lo llevó todo hasta el extremo. ¿Cómo era posible que un chico delgaducho, fino y con 1,68 de estatura quisiera jugar al rugby? Pues Best lo intentó hasta los quince años, cuando tuvo una discusión con su padre, que le señaló el camino. A pesar de todo, su relación con el balón redondo no comenzó como esperaba. El equipo de su barrio le rechazó por su físico frágil, incapaz de adaptarse al aguerrido fútbol de Irlanda del Norte, donde la pelota pasaba más tiempo por el aire que en el césped. Eso debieron pensar los que le vieron jugar?

"Creo que te he encontrado a un genio"

Sin embargo, lo que era la nada para el equipo de su barrio, se convirtió en el todo para el Manchester United. Matt Busby había tejido una red de ojeadores por las islas, en busca de nuevos futbolistas que pudieran reconstruir un equipo aún con la tragedia aérea de Múnich muy latente. Belfast era una de las zonas peinadas, de la que apenas se esperaba sacar nada. Si acaso un defensor o un centrocampista rudo y fuerte que pudiera fajarse con ciertas garantías en el fútbol inglés. Pero Busby recibió una llamada de su ojeador. Fueron ocho palabras. Suficientes: ?Creo que te he encontrado a un genio?. 

Días después, George Best aterrizó en Manchester, una ciudad muy distinta a Belfast. El único parecido entre ambas era la lluvia perenne y el agua empapándolo todo. Superado, Best decidió que se volvía, que echaba de menos su ciudad y su barrio. Apenas tenía quince años. El Manchester supo manejar la situación con tranquilidad, dándole la calma necesaria a ese chico rebelde. Dos años después de esa llamada a Busby, Best ya estaba instalado en el primer equipo, esquivando defensas desde la banda, como si se tratara de las pachangas del colegio o los partidos con sus amigos en su barrio de Belfast.

Un tridente inolvidable

Nada ni nadie podía con un futbolista diferente, al que le daba igual jugar sobre un patatal (así eran la mayoría de los campos ingleses por entonces) que en el mismísimo Wembley. Su fútbol era siempre el mismo, lleno de anarquía y regates. Arrancaba en una banda, pero nunca se sabía el punto y final de su jugada. Imposible de detectar para los entrenadores contrarios. Con él, el United comenzó a recuperar la alegría después de la tragedia de Múnich. Los grandes títulos también comenzaron a llegar: la liga de 1965 y 1967. El ?ManU? de la época era un contrapunto en sí mismo. Con tres futbolistas que vivían en universos diferentes. Eran George Best, Dennis Law y, sobre todo, Bobby Charlton. Hay clubes que se ven representados en la figura de un entrenador o jugador. Di Stéfano y el Real Madrid, Johan Cruyff y el Barcelona, Eusebio y el Benfica? Bobby Charlton era y es el Manchester United. Su figura va al lado de la del escudo, inseparables uno del otro. A pesar de la diferencia de edad y generacional, Bobby Charlton y George Best se entendieron a la perfección, llevando al club a conseguir su gran objetivo: la Copa de Europa de 1968. El camino hasta la final de Wembley comenzó contra el Hibernians, sentenciando la eliminatoria en casa tras ganar en la ida 4-0. Los siguientes rivales fueron el Sarajevo y el Gornik de Zabrze, ambos también derrotados en el ?Teatro de los Sueños?. En semifinales llegó el choque ante el rey de Europa: el Real Madrid. El partido de ida en las islas se saldó con 1-0 a favor de los ingleses. Best fue el autor de un tanto que a la postre acabó siendo decisivo. La vuelta en el Santiago Bernabéu fue agónica para el United, que se fue al descanso con la eliminatoria remontada (3-1 a favor del Madrid). Pero la suerte cambió en la segunda mitad. Un falló del Real Madrid permitió el tanto de Sadler y Foulkes acabó empatando el partido a tres. El United por fin estaba en una final de la Copa de Europa.

Primera Copa de Europa para el United

La final ante el Benfica la definieron entre Best y Bobby Charlton, quien abrió el marcador en el minuto 53 de partido. Pero el encuentro se fue al tiempo extra tras el tanto de Graça a quince minutos del final. Wembley era una olla a presión, llena de nervios para el Manchester United. En un escenario como ése, sólo podía aparecer alguien distinto. Un jugador que entendía el fútbol, por encima de todo, como pura diversión. Simplemente George Best. El extremo del United hizo el 2-1 en el minuto 93 de partido. Un gol directo al corazón de los portugueses, que vieron como el marcador se ampliaba un minuto más tarde tras el gol de Brian Kidd. Sin capacidad de respuesta por parte del Benfica, Bobby Charlton agrandó la herida y terminó de sentenciar la final. 4-1 para el United, que diez años después de la tragedia de Múnich conseguía levantar la primera Copa de Europa para Inglaterrra.

El éxito disparó la fama de George Best, Balón de Oro esa misma temporada. Con larga melena y patillas infinitas, Best llegó a ser el ?quinto Beatle?. Para entonces, el norirlandés ya se había dado cuenta de que era tan importante en los estadios como fuera de ellos. Su alocada vida le hizo ser portadas de los principales diarios sensacionalistas, siempre rodeado de mujeres y alcohol. Una fama que Best también ayudó a cultivar con frases y fotos que han quedado para la historia. Pero el norirlandés también era un generador de polémica, con un cierto punto altivo ante sus rivales y con duras críticas a varios jugadores.

SUS DIEZ FRASES MÍTICAS:

  1. "En 1969 dejé las mujeres y el alcohol, fueron los peores veinte minutos de mi vida".
  2. "He gastado mucho dinero en mujeres, alcohol y coches. El resto lo he despilfarrado".
  3. "He dejado de beber, pero sólo cuando duermo".
  4. "Nunca salía por la mañana con la intención de emborracharme, sólo sucedía".
  5. "Cada vez que entro en un sitio, hay 70 personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no".
  6. "Yo podía jugar con las dos piernas, marcaba goles, muchos de ellos con la cabeza. Busby decía de mí que era el mejor en la disputa del balón. Trabajaba duro en la cancha, retrocedía a defender si hacía falta. Si perdía la pelota, era un insulto personal y la quería recuperar. Sí señor, me fastidiaba mucho que me la quitaran, porque era MI pelota."
  7. ?No le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles. Aparte de eso, está bien?. (Hablando de David Beckham)
  8. ?Hace años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas?
  9. "Si yo hubiese nacido feo, nunca hubiérais oido hablar de Pelé"
  10. "No me llega ni a los cordones de la botella". (sobre Paul Gascoigne)

Pero al extremo del United se le perdonaba todo. Su fútbol seguía siendo brillante, con suaves fintas que recordaban a las de Garrincha, probablemente su alma gemela. Best tuvo varios momentos brillantes en su carrera. Uno de ellos ocurrió el 7 de febrero de 1970, cuando anotó seis tantos en la victoria del United ante el Northampton. En 1971 fue elegido Balón de Bronce, por detrás de Johan Cruyff y Sandro Mazzola. A partir de ahí su fútbol comenzó a ser distinto. Los excesos de una vida alocada pasaron factura sobre el campo. Best perdió su velocidad, su capacidad para sortear defensas y moverse por todas las líneas del campo como un funambulista. Puso fin a su etapa con el Manchester United con tan sólo 28 años, a una edad en la que la mayoría de los futbolistas alcazan su plenitud. Pero Best estaba agotado. Marchó a Irlanda, al Cork Celtic, donde sólo pudo estar un año. Desde 1975 hasta su retirada, en 1984, Best pasó por un total de nueve equipos, con varias paradas en Estados Unidos, Escocia, Inglaterra y su Irlanda del Norte. Algunos creyeron que podría volver a ser el de antes cuando aterrizó en 1976 en el Fulham. Best jugó buenos partidos, sobre todo en la FA Cup, pero su otro 'yo' pudo más, con estrambóticas situaciones sobre el campo, como cuando le robó el balón a un compañero en mitad del partido.

No jugó en el Mundial

George Best escribió su grandeza sin jugar ni un Mundial ni una Eurocopa. Vivió los tiempos oscuros de su selección, con la que debutó con 17 años ante Galés. Jugó un total de 37 partidos, en los que marcó nueve tantos. Pero el más recordado fue uno que no fue, ante Gordon Banks en un Irlanda del Norte-Inglaterra. En una jugada de barrio, Best golpeó el balón cuando el meta inglés se disponía a sacar. Pasó la pelota por encima y remató de cabeza a puerta, pero el tanto fue anulado. Daba igual. Ese gol reflejaba el espíritu indomable de un futbolista imposible de frenar. 

Dos años antes de su retirada, Irlanda del Norte consiguió el sueño de jugar el Mundial de 1982. La afición norilandesa pedía a Best, pero Billy Bingham, seleccionador por entonces, consideró que Best, con 36 años y un físico muy castigado, no estaba para competir en un Mundial.

"No muera como yo"

Tras su retirada, Best no cambió su manera de vivir; lo acentuó todo. Capítulos tristes para una estrella que se había ido apagando poco a poco en la barras de las tabernas inglesas. Su salud se agravó en el año 2000, siempre por el alcohol, que le provocó graves daños en el hígado. Desde entonces no levantó cabeza. En 25 de noviembre de 2005 la magia se terminó de ir. George Best fue vencido por su particular demonio, aunque antes pidió al "News of the World" que publicara una foto mostrando su delicado estado y enunciando una frase de enorme impacto social: "No muera como yo". Una frase que no quedó en nada. Su legado se mantiene muy vivo en la actualidad a través de la Fundación George Best, dirigida por su hermana Barbara y su marido. En Belfast, la ciudad que vio nacer a su mito, también es imposible olvidarle. El aeropuerto de la ciudad, sitio donde convergen los encuentros y las despedidas, lleva su nombre. El del ?quinto Beatle?. El de un futbolista irrepetible.

Texto: Héctor García

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