Leyendas del Fútbol

FRANCO BARESI: "Il capitano rossoneri"

Si hablamos de amor y lealtad a una camiseta. a un club, a unos colores, inmediatamente nos viene a la cabeza el nombre de Franco Baresi y su AC Milan. Considerado un adelantado a su tiempo en el marcaje en zona y uno de los últimos "libres" puros, lideró a un Milan de ensueño plagado de grandes nombres. Prolongación de Sacchi en el terreno de juego, continúa ligado a los milanistas en funciones de representación. Bota de PLata en 1989, es y será una auténtica leyenda por su personalidad y liderazgo.

  01/02/2016


Hoy presentamos la historia de uno de los grandes defensas centrales de todas las épocas, el mejor libre de finales del siglo pasado. Considerado el heredero de Beckembauer, siempre defendió los colores de su equipo del alma sin llegar a vestir otra camiseta que no fuera la del AC Milan. Su implicación con la institución hizo que defendiese la elástica milanesa durante 20 años, convirtiéndose en su eterno capitán. Baresi es el 2.º máximo jugador en número de partidos disputados en la historia del AC Milan tras el que fue su compañero de defensa, Paolo Maldini, con un total de 719 encuentros jugados y alzando una retaíla de títulos que muestran supoderío: fue 6 veces campeón de la Serie A, ganó cuatro Supercopas de Italia, tres Champions League, tres Supercopas de Europa y dos Intercontinentales, además de conseguir ser campeón del Mundo en la Copa Mundial de España en 1982. También fue elegido en el 19º puesto como uno de los 100 mejores jugadores del Siglo XX por el revista World Soccer, siendo incluído en el equipo de todos los tiempos por la revista Planet Foot en 1996 y logrando el Balón de Plata en 1989.  Fue seleccionado jugador del año en Italia en 1990.

EL FUTBOLISTA

A Franco Baresi le define el liderago, la jerarquía y el orden. Nunca destacó por su exquisita técnica individual ni por sus condiciones físicas. El italiano fundamentó su éxito en la disciplina táctica y en la sabiduría de aplicarla en el momento oportuno, convirtiéndose en la extensión perfecta del entrenador sobre el terreno de juego. Fue un defensor con una excelente lectura del juego, el encargado de tirar la línea del fuera de juego para asfixiar a los atacantes y provocar la recuperación del balón para iniciar el ataque. Tenía la virtud de anticipar la jugada, leer para robar y salir con calidad desde atrás. Supo ser consciente de sus limitaciones y hacer de ello virtud. Desarrolló una excelente visión del juego, pulió su perfecta colocación en el campo, se adaptó a cualquier estilo del juego, y lideró una línea defensiva en el Milan de ensueño. "Il Capitano" defendía con el alma, el rival tenía que pasar por encima de su cadaver para llegar a la portería puesto que cuando debía ser contundente, duro, lo era sin dudarlo. Poderoso en el juego aéreo, duro en sus tackles y en el corte, rápido para tapar un disparo, su talento y maestría para tomar la decisión correcta, le dio los galones para manejar la línea defensiva a su antojo, sacándola como nunca antes nadie lo había hecho. Ofensivamente, con el balón en su poder, Franco levantaba la cabeza y pensaba el Milan. En definitiva, su intuición innata para la toma de decisiones en el terreno de juego interpretando los movimientos del rival, su fortaleza en el uno contra uno y su inteligencia táctica, hizo que fuera único en la interpretación de la defensa en zona. Ha sido famoso su grito para sacar a sus compañeros a la velocidad del rayo "de la cueva" y dejar en fuera de juego al delantero rival, o sus "un paso hacia atrás y dos hacia delante" para anticiparse al delantero que va a recibir el balón. Así, ejerció una jerarquía táctica y grupal insuperable hasta ese momento. De hecho, uno de los técnicos que tuvieron el placer de dirigirle comentó que "Siempre ha guiado al equipo en silencio, incluso cuando era muy joven y entre los compañeros figuraban personajes importantes. Pero a él le bastaban pocas palabras para entender y hacerse entender. Esto es lo primero que me llama la atención al pensar en su carrera jugada, desde aquel primer día, a un altísimo nivel. Ha conseguido mantener la diferencia por su gran capacidad para soportar el dolor, prerrogativa de los grandes. Después, la velocidad, extraordinaria en los años de su juventud y a la que después ha añadido la capacidad de intuir lo que iba a pasar. Por eso parecía que el balón iba siempre hacia donde estaba él". El propio Baresi rememoraba al respecto lo siguiente: “El juego se entiende por instinto, antes que ocurran las cosas tú las piensas. Aunque seas más lento que tu rival, si interpretas la jugada antes, llegarás más rápido al balón. Marcábamos los tiempos para movernos al unísono, con las líneas siempre juntas y cuidando mucho la ubicación de los laterales”.

EL AC MILAN

Franco Baresi hizo historia y es historia viva en el equipo de su vida, defendiendo unos colores como si la vida le fuera en ello. Todo empieza cuando siendo niño, es descartado por su enclenque físico en unas pruebas realizadas por el Inter de Milan. Tras el fallecimiento de sus padres y con tan solo 14 años, después de dos pruebas fallidas para ingresar en el AC Milan, Baresi logra ser aceptado en los juveniles allá por 1974. Cuatro años después de su ingreso en la escuadra juvenil del Milan y a punto de cumplir los 18 años, Franco vistió por primera vez la rossonera con el primer equipo, el 23 de abril de 1978 en un partido ante el Verona. Su segunda temporada en el primer equipo supuso la consolidación para el joven Baresi, llegando a disputar 30 partidos de Liga, 4 de Copa y 6 más de la Copa de la UEFA. Precisamente en esa temporada, ganó su primer Scudetto. Cuando parecía que todo iba sobre ruedas, el AC Milan sufre un descenso administrativo por una cuestión de apuestas ilegales. Prácticamente entre 1980 y 1983 los milanistas se debatieron entre la Serie B y la Serie A, y Baresi comenzó a cimentar su leyenda y la de su club del alma. Ya en la temporada de 1984, llega a Milán el técnico que marcaría un antes y un después en la carrera de Baresi, el sueco Nils Liedholm. Nils le enseñó las claves para jugar en esta posición de libre mostrándole el camino que un año después, y tras la llegada a la presidencia de Silvio Berlusconi y consiguientemente la del técnico Arrigo Sacchi, perfeccionaría para, junto a míticos futbolistas como Van Basten, Gullit, Rijkaard, Ancelotti o Maldini, convirtieran al Milan en uno de los mejores equipos de finales de los 80 y principios de los 90. Este mítico equipo del Milan tenía dos cerebros, uno era Sacchi desde el banquillo y el otro era el propio Baresi, que se convirtió en el timón del equipo sobre el césped. Aquí comenzó la "época dorada" de los rossoneros, consiguiendo con Sacchi un Scudetto,dos Copas de Europa y dos Copas Intercontinentales. Tras la etapa de Sacchi, Baresi estuvo a las órdenes de Fabio Capello, consiguiendo otros 4 Scudettos y otra Copa de Europa. Baresi jugó y capitaneó al Milan hasta 1997 consiguiendo aún otro Scudetto más en la temporada 1995/96. Finalmente a la edad de 37 años, el defensa decide retirarse del fútbol en activo tras una longeva y prolífica carrera.

LA SELECCIÓN ITALIANA

Lógicamente, Baresi también aportó su liderazgo y sus dotes de mando en la selección italiana, a la que defendió en 82 ocasiones llegando a anotar un gol. Con la azzurra, debuta el 4 de diciembre de 1982 ante Rumanía, y ese mismo año se alzó con el campeonato del mundo de España 82 a pesar de no ser titular debido a su juventud y a que su puesto lo ocupaba Gaetano Scirea. No fue convocado para el Mundial de 1986 por desavenencias con el seleccionador, pero tras la llegada de Azeglio Vicini al frente de la azzurra, se convirtió en pieza clave. En el Mundial de Italia 90, la poderosa Argentina de Maradona le privó de acceder a su segunda final, pero no obstante se resarció con un tercer puesto conseguido a pulso contra Inglaterra. Ya en el Mundial de Estados Unidos del 94, se proclamó subcampeón después de sucumbir en la final en la tanda de penaltis ante Brasil, en la que además Baresi falló un lanzamiento. Como curiosidad siempre se ha hablado de su milagrosa recuperación en mitad del campeonato de una lesión de menisco que le llevó a operarse tras el primer partido contra Noruega y estar listo en la final contra los brasileños. A parte de los campeonatos del mundo, varias Eurocopas y hasta los Juegos Olímpicos de Los Angeles fueron otras competiciones internacionales disputadas por Franco Baresi.  El excelente defensor capitaneó la azzurra en 51 de esos 82 partidos que disputó, diciendo adiós definitivamente a la seleción el 7 de septiembre de 1994, en un partido ante Eslovenia y a la edad de 34 años.

EL ADIOS DEL FUTBOLISTA

Finalmente, en 1997 y con 37 años, Franco decide retirarse del fútbol en activo. El Capitán dejó de vestir una camiseta que lleva tatuada después de que sus condiciones y su inteligencia le permitieran alargar su carrera. Como homenaje, el Milan decidió retirar el emblemático y eterno dorsal número 6. Tras su despedida, Franco Baresi formó parte de la directiva como Vicepresidente. Más tarde, después de un fugaz paso como técnico del Fulham, Baresi sigue vinculado al club de su vida, primero como técnico del Milan B y como director de marketing posteriormente. Tras 20 años como jugador del primer equipo con un montante de 532 partidos disputados en liga y con 16 tantos en su haber, los aficionados milanistas aun cantan en su honor el  “Un Capitano, c’è solo un Capitano”, o lo que es lo mismo: "un capitán, sólo hay un capitán". Nombrado miembro de Orden del Mérito de la República Italiana, Baresi colgó las botas, pero no su camiseta, que fue y sigue siendo... eterna.