En las primeras etapas formativas, coincidiendo con la etapa educativa de primaria el juego debe ser el eje vertebrador de nuestras actuaciones. No debemos concebir el desarrollo de las sesiones sin el elemento juego. El juego debe estar incluido en el aspecto formacional no sólo porque los niños sientan la necesidad de jugar, sino como medio de diagnóstico y conocimiento profundo de las conductas de los jugadores. El juego facilita el desarrollo de los diferentes aspectos de la conducta del niño: de carácter, de habilidades sociales, de dominios motores y el desarrollo de las capacidades físicas; al tiempo que entrañan experiencias diversificadas e incluyen incertidumbre, facilitando la adaptación y como consecuencia, la autonomía en todos los ámbitos de la conducta del niño.
A continuación presentamos un total de 6 juegos en el que desarrollamos elementos técnicos básicos como el pase, la conducción o el control, siempre bajo la perspectiva lúdica.