La realidad de muchos deportes vive alejada de los beneficios que obtienen los grandes clubes de fútbol que pueden permitirse planificar una temporada atendiendo a los gustos y necesidades del equipo y del entrenador.
El fútbol sala, como deporte de clase media, sufre los mismos problemas que su símil en la sociedad. La crisis impide a los equipos diseñar a su gusto las plantillas, que se ven obligadas a remaches de ultimar hora para confeccionar el plantel que disputará todos los partidos de la temporada. La migración de jugadores a ligas de otros países es continua y seguirá acrecentándose si no llega la solución deseada por todos. El número de jugadores extranjeros se ha visto considerablemente reducido.
Y es que, pese al gran nivel que muestra la Primera División del fútbol sala, la afluencia de jugadores extranjeros solía ser el remache oportuno para dar por finiquitadas las primeras plantillas. Pero son muchos más los aspectos que ponen en duda el devenir de la Primera División del fútbol sala español y el resultado si no se remedia puede resultar letal para uno de los deportes más queridos del país.