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El MVP de la Jornada
Max Meyer, una joya salida de la mina de Gelsenkirchen.
En plena cuenca del Ruhr ha salido un futbolista distinto. Una pequeña joya con descaro y una gran facilidad para el regate. A pesar de sus 19 años, a Meyer no le temblaron las piernas cuando tuvo que salir ante el Real Madrid en el partido de ida de los octavos de la Champions League. El encuentro caminaba con el 0-1 favorable a los blancos, ante un rival en el que ninguno de sus jugadores era capaz de sostener la pelota durante más de diez segundos. Todo cambió con Meyer. De repente apareció un amago un amago en la primera jugada y filtró un pase entre la defensa del Real Madrid. Así es esta pequeña nueva joya del fútbol alemán. Un futbolista cercano a Özil y Gotze. Su corta estatura, apenas llega al 1, 70, no le ha impedido ser un jugador capital en todas las categorías de la selección alemana. Poco a poco, a su fútbol le va añadiendo goles. Esta última jornada marcó dos en la victoria por 3-1 del Schalke ante el Hoffenheim.
Comenzó jugando al fútbol sala
Nacido en Oberhausen, en Renania del Norte-Westfalia, Max Meyer comenzó jugando al fútbol sala, lo que le ha valido para tener una íntima relación con el balón. Siempre da los justos toques, nunca le sobra ninguno. Un estilo acompasado con la 'escuela Schalke', una factoría de sacar grandes estrellas en los últimos años: Özil, Draxler y Goretzka y Neuer, quizá el portero que mejor acaricia la pelota del fútbol mundial. Su llegada a Gelsenkirchen fue con 15 años recién cumplidos, cuando ya todos sabían que tenía algo especial. El propio Bayern de Múnich llamó a sus padres para que cambiara de opinión y formara parte de su canteran, pero Myer ya tenía claro para entonces que quería 'minero'.
Cocción a fuego lento en el Schalke
Su estatura no le impidió debutar con el primer equipo a los 16 años. Siempre actuando entre el centro del campo y la mediapunta, con el último pase como objetivo primordial, a veces pegado a la banda, perfilándose a pierna cambiada. Cualidades que le han valido algunos parecidos, entre ellos al de Iniesta en España o Gotze en Alemania. Como no podía ser de otra manera, Joachim Löw le sigue de cerca. Le incluyó en la prelista para el Mundial de Brasil, aunque luego lo tuvo que dejar fuera por la 'sobrecarga' de este tipo de talentos que tiene ahora mismo la selección alemana. No ocurre lo mismo en el Schalke, donde Di Matteo anda escaso de este prototipo de futbolista. Poco a poco le va dando más protagonismo, aunque quiere medir con mano de seda sus irrupciones. Meyer es un futbolista que todavía tiene que se cocerse a fuego lento para convertirse en uno de los grandes.
¿Qué le pasa al Real Madrid?
La jornada internacional deja muy malas sensaciones para el Real Madrid, que se dejó el liderato en San Mamés ante el Athletic. Ancelotti ha perdido los mandos del equipo, sin ideas en ataque. El italiano confirmó en rueda de prensa todas las malas sensaciones, sin esconder una palabra. No culpó a los jugadores, sino a su pizarra. Una medida inteligente para volver a reconstruir el equipo, una tarea que no será nada sencilla. Kroos, el cerebro de todo en el buen momento del Madrid, está agotado, con un fútbol espeso. Y tampoco funciona la BBC (Benzema, Cristiano y Bale), desconectada desde 2015. Todos confían en que la solución sea Modric, pero hay que ir con pies de plomo: el croata lleva desde noviembre fuera de los terrenos de juego por lesión.
Ciudadano Kane
Ha dejado de ser una revelación para confirmarse como uno de los jugadores más en forma del viejo continente. Hablamos de Harry Kane. El delantero del Tottenham marcó los dos goles en la victoria por 1-2 ante el QPR. En total suma ya 26 goles, unas cifras que hacía mucho que no alcanzaba un delantero inglés. Kane reúne las cualidades de un goleador nato, siempre preparado para enfilar la portería. Una cualidad acompañada con un buen manejo del balón con ambas piernas. Sin lugar a dudas estamos ante uno de los grandes nombres del futuro del fútbol inglés.
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