Los países del Este a mediados de los años 80 nos enseñaron que con la ejecución reiterativa y el mecanicismo se podían alcanzar grandes logros, pero el grado de mejora de los jugadores en el juego se encontraba muy limitado, les costaba solucionar los problemas que les planteaba dicho juego. A partir de ese momento los modelos de entrenamiento cambiaron pretendiendo que los jugadores lograran solucionar los problemas que el juego continuamente les planteaba. En la actualidad se les exige a los equipos que solucionen esos problemas de manera eficaz y lo más rápido posible, y si no son capaces de solucionarlos, que ejecuten una variante a su decisión que de continuidad a la acción. Por lo tanto, si les exigimos a nuestros jugadores ese modelo de juego, ellos también deberán exigirnos un entrenamiento acorde con el, haciendo valer la máxima de se juega como se entrena.