Si el jugador durante la competición de fútbol Sala se implica en la acción de juego física, técnica, táctica, psicológica y socialmente, es lógico que el entrenamiento debe ser lo más parecido posible al juego real de la competición, abarcando todos estos aspectos, buscando una interdependencia e influencia mutua entre estos contenidos del entrenamiento, influyendo en el aumento del rendimiento de los jugadores.