Los ejercicios de finalización, tal como el nombre indica, intentan potenciar el comportamiento técnico-táctico de remate en momentos sucesivos para desarrollar simultáneamente aspectos como la iniciativa, la espontaneidad, la improvisación y la destreza en la ejecución de esta acción. Así, esta clase de ejercicios deben construirse a partir de contextos situacionales que establecen condiciones favorables en términos de tiempo, espacio y número de jugadores, los cuales, cuando son correctamente manipulados e interligados, ofrecen elevadas probabilidades de que el desarrollo de la acción del jugador o del equipo culmine con remate a portería. En general, todos los ejercicios que tengan como objetivo concretar el gol pueden considerarse e integrarse en el grupo de ejercicios de finalización. Es importante tener en mente que ejercicios con condicionantes estructurales que incluyan un gran número de jugadores (atacantes y defensas) y en espacios próximos a las condiciones reales del juego,independientemente de algunos condicionantes específicos que se puedan introducir, determinan en la mayoría de las circunstancias un reducido número de probabilidades de ejecutar acciones de remate. En línea con este hecho, se observa que sólo algunos jugadores, debido a su posicionamiento dentro de la organización del equipo, pueden disfrutar de esas pocas posibilidades de rematar a portería. En estas circunstancias, consideramos que las verdaderas situaciones específicas de finalización deben abarcar el mayor número posible de posibilidades de rematar en la unidad de tiempo de ejercicio. Paralelamente al aumento del número de remates a la portería en los diferentes momentos del ejercicio de entrenamiento, se incluye la posibilidad de todos los jugadores de expresar sus capacidades y actitudes de finalización, independientemente de los lugares y de las misiones tácticas que tengan dentro de la organización táctica del equipo. En su esencia, la acción de remate para mejorar aspectos inherentes a la dimensión técnico-táctica es simultáneamente una cuestión de actitud, que se expresa por la acción del jugador en cierto momento de juego para asumir la responsabilidad de culminación de todo un proceso (proyecto) colectivo en una acción individual, que intenta concretar el objetivo del juego, el gol. En este sentido, dentro de esta clase de ejercicios establecemos tres grandes grupos: situaciones de finalización caracterizadas por su reducida complejidad; juegos de finalización con un número reducido de jugadores y espacio de juego, y juegos de finalización con un número de jugadores y espacios de juego próximos a las condiciones reales de la competición.