Editorial de la Edición  108

- Oscar Cano / Entrenador Nacional Nivel III R.F.E.F

Verdades a medias

La faraónica obra construida por Simeone en el Atlético de Madrid ha ayudado a que se recuperen viejos valores que por desgracia yacían olvidados en este actual mercadeo de jugadores endiosados.

La solidaridad con la que defienden su lugar en la liga de las estrellas, y la aptitud con la que pasean su orgullo fuera de nuestras fronteras quedan fuera de toda duda.

Obviar que su organización colectiva es un problema para cada equipo que se enfrenta a ellos es como recelar de que Leo Messi es el jugador más determinante de la historia de este deporte.

El lenguaje corporal de sus jugadores mientras desarrollan la idea de su entrenador declara la certeza de que para doblegarlos no sólo hay que ser mucho mejores que ellos sino demostrarlo.

Hasta ahí creo que estaremos todos de acuerdo.

Lo que no debemos tragarnos sin más, es que semejante dispendio de cualidades relativas a la voluntad es lo que marca la diferencia a su favor. Por ahí no debemos pasar.

Los que se esfuerzan hasta la extenuación son jugadores de un nivel top o cercano al mismo.

Su portero es de los mejores de Europa en la actualidad, sus laterales internacionales por dos de las selecciones de mayor calado mundial, varios de sus centrocampistas, entre los que destaca Koke, serían titulares en muchos de los mejores clubes cuartofinalistas de Champions, y arriba cuentan con jóvenes de los más cotizados del panorama internacional.

Que gran parte de esa energía con la que manifiestan sus excelsas condiciones para jugar a este deporte procedan del aporte de su técnico en cuanto a saber convencerles de que son lo que son y a diseñarles un contexto donde cada cual se hace mejor a medida que piensa en los demás, no debería ponernos una venda en los ojos.

Hay cientos de equipos que defienden cercando su punto de penalti, multitud de conjuntos que presionan como una unidad indivisible, que recuperan la pelota y salen disparados hacia el gol con la determinación por bandera.

La diferencia, como siempre, está en quienes realizan las cosas a realizar.