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La recuperación de la imagen y el crédito de la FIFA a nivel mundial ha dado hoy su primer paso. El suizo, Gianni Infantino ha "barrido" literalmente a sus rivales en la votación para la elección del nuevo Presidente de la todopoderosa FIFA. Con 27 votos por delante del jeque Salman, su buen hacer en la secretaría de la UEFA ha sido fundamental para que el mundo del fútbol pose su confianza en la sabia nueva que, parece, va a aportar Infantino. Paralelamente a la votación, las distintas federaciones han aprobado un paquete de reformas buscando la limpieza de la institución.

Gianni Infantino ha sido elegido Presidente de la FIFA, el mayor órgano de decisión del fútbol mundial, con la intención de retornar a la credibilidad de un sistema que ha sido pasto de prácticas delictivas por parte de sus anteriores dirigentes, y recuperar los 200 millones de dólares en patrocinios perdidos en los últimos meses. Treinta y cuatro de ellos fueron detenidos por el cobro de comisiones y contratos fraudulentos, todos relacionados con derechos audiovisuales de los principales torneos en el continente americano. Infantino, que ha ostentado el cargo de secretario general de la UEFA durante seis años siendo ésta su tarjeta de presentación, se ha alzado con la presidencia con un montante de 115 votos por delante de los 88 conseguidos por el jeque Bahrein Salman y los 4 del Príncipe Alí en segunda votación, ya que en la primera ronda se produjo un empate técnico entre los tres candidatos, separándoles tan sólo tres votos. En la primera ronda, Gianni Infantino quedó también delante de Al Khalifa, aventajándole por 88 votos a 85, mientras que el príncipe jordano Ben Ali y el francés Jérome Champagne se quedaron con 27 y 7 votos respectivamente. 

El nuevo presidente de la FIFA, Gianni Infantino, es un abogado de 45 años, es hijo de italianos y suizo de nacimiento, y habla cinco idiomas con fluidez: alemán, italiano, francés, inglés y español. Empezó a trabajar para la UEFA en el año 2000 como asistente. Ya en 2004 fue nombrado Director de Asuntos Jurídicos y Licencias de la División de Clubes y en 2007 promocionó al cargo de secretario general de esta organización con la llegada de Michel Platini. Es conocido como "el calvo de los sorteos" por su papel de maestro de ceremonias en los sorteos de la Champions de los últimos cinco años, Dirigió el grupo de trabajo sobre licencias para los clubes, ha colaborado en la creación del juego limpio financiero y ha seguido de cerca el desarrollo de las políticas de marketing de la UEFA que han multiplicado por tres los ingresos de la organización en el último lustro gracias a los ingresos de televisión obtenidos de la Champions y la Europa League. A Infantino se le considera un hombre próximo a la Asociación Europea de Clubes desde que Platini le situara en esa posición estratégica para controlar los intentos de la ECA de crear una competición paralela a la Champions. "Me faltan las palabras para manifestar mis emociones. Les dije que había emprendido un viaje, un viaje extraordinario que me permitió encontrar a mucha gente extraordinaria, que ama el fútbol, que respira el fútbol. Mucha gente que se merece que la FIFA sea una organización respetable. Vamos a restaurar el respeto y la imagen de FIFA. Tenemos que sentirnos orgullosos de la FIFA. Orgullosos de lo que haremos todos juntos. Quiero ser el presidente de todos ustedes, de las 209 federaciones nacionales. He recorrido el mundo y seguiré haciéndolo. Quiero trabajar con todos ustedes, junto a todos, para restaurar y reconstruir una nueva era en la FIFA para que el fútbol vuelva al centro del escenario. La FIFA ha atravesado momentos difíciles de crisis, pero con esto le ponemos punto final. Hemos aprobado reformas de buen gobierno y transparencia. Vamos a conquistar el respeto con trabajo y dedicación. Lo haremos para poder concentrarnos en este deporte magnífico", fueron las primeras palabras de Infantino como presidente de la FIFA.

 Las federaciones miembro de la FIFA, a su vez, han aprobado un paquete de reformas que busca las mejoras en el gobierno del fútbol mundial y una modernización de la cultura institucional de la FIFA. Las más significativas son la separación entre las funciones políticas y las administrativas, los límites de mandato, la publicación de los honorarios percibidos, el mayor control a los funcionarios de mayor rango y la promoción del fútbol femenino y de los derechos humanos. Estas reformas han recibido el respaldo de 179 de las 207 federaciones miembro presentes con derecho a voto. Asimismo, incluyen los principios estatutarios de gobernanza para federaciones miembro y confederaciones, como el de la presentación obligatoria todos los años de una auditoría independiente o la presencia de órganos judiciales independientes que garanticen la separación de poderes en todos los niveles de las estructuras futbolísticas.

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