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Mundial de España 1982. Partido Kuwait-Francia. De repente, un jeque paró el partido bajando al campo tras un extraño suceso en el campo.

Pocas cosas han podido con el Mundial a lo largo de su historia. Desde su creación en 1930, el campeonato sólo se paró durante doce años (1938-1958) por la Segunda Guerra Mundial y sus tremendas consecuencias. Desde entonces, el Mundial fue creciendo al mismo tiempo que el fútbol se globalizaba. Pasó de ser un campeonato descartado por varias selecciones europeos en Uruguay 1930 (el motivo fue el largo viaje hasta Sudamérica) a ser el sueño dorado de todos los países. Sin embargo, sí hubo una persona que fue capaz de parar un Mundial, al menos durante diez minutos. Fue en el partido entre Francia y Kuwait en la primera fase de España 1982.

El camello de Kuwait

Kuwait logró el billete para un Mundial por primera vez en su historia. Su participación, sin embargo, pasó a la historia por estar cargada de anécdotas, entre ellas, las de su mascota, un camello que llevó a todos los partidos y que finalmente acabó en el zoo de Bilbao. La suerte les colocó en uno de los grupos más difíciles de la primera fase, con rivales como Checoslovaquia, Francia e Inglaterra. A pesar de su nula experiencia mundialista, Kuwait se estrenó con un empate a uno ante Checoslovaquia en el primer partido. Un empate que fue celebrado como una victoria en el país árabe. Cuatro días después (21 de junio de 1982), Kuwait se enfrentó a Francia en el José Zorrilla de Valladolid. Los galos llegaron a la cita de España con un equipo espectacular, liderados por Platini, aunque con la necesidad obligatoria de ganar después de perder el primer encuentro por 3-1 ante Inglaterra.

Fácil para Francia

El guion del partido fue el esperado. Dominio francés que se materializó en gol a la media hora de partido por medio de Genghini. Platini, a pocos minutos del descanso, hizo el segundo y Six sentenció el partido nada más arrancar el segundo acto. A falta de diez minutos para el final, los acontecimientos se precipitaron. Kuwait aprovechó la relajación de los franceses para hacer el 3-1. Al-Buloushi fue el autor del tanto. Pero el gran momento del partido llegó instantes después. En una jugada extraña, Alain Giresse, centrocampista francés, se presentó en el área contraria mientras los defensas kuwaitíes se dedicaban a observar cómo recibían el cuarto gol. La causa de este extraño parón: un supuesto espectador había hecho sonar un silbato. Los jugadores árabes alegaron haber escuchado el silbato del árbitro e interpretaron que había invalidado la jugada, mientras que los franceses negaron haber escuchado algo. La decisión de Miroslav Stupor, árbitro soviético, fue validar el gol. Algo que desembocaría en uno de los momentos más esperpénticos en la historia de los Mundiales.

Fahad, protagonista del partido

Sin que nadie lo esperara, el jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, hermano del emir de Kuwait y presidente de la Asociación de Fútbol de Kuwait, bajó al terreno de juego para protestar la decisión del colegiado e indicar a sus jugadores que se retiraran del campo. Nadie le puso oposición alguna, ni siquiera la Guardia Civil, encargada de velar por la seguridad del estadio, que le hizo un pasillo al jeque para que pudiera llegar hasta el árbitro. Tras diez minutos de discusión sobre el terreno de juego, Miroslav Stupor decidió anular el gol de Francia. El jeque había ganado la batalla, pero no la guerra: Bossis, minutos después, hizo el 4-1 para los galos.

Pero lo peor fueron las consecuencias para todos. La FIFA multó a la Asociación de Fútbol de Kuwait fue multada con 25.000 francos suizos por conducta antideportiva, así como una amonestación para el jeque y los organizadores españoles en el estadio. Además, el colegiado fue inhabilitado como árbitro internacional, pudiendo ejercer solamente en torneos nacionales.

Texto: Héctor García

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